Lo recomiendo para cualquier explorador de los cinco sentidos
La exploré. Desde la salida hasta la puesta del sol.
La ciudad de Merlo, está ubicada al noreste de la provincia de San Luis, es famosa por su relajante microclima y sus eternas sierras en donde cada turista que las vista se queda esperando la puesta del sol.
La sierra, arroyos que refrescan las piedras calentadas por el sol, entre las cuales se recuperaron miles de fósiles. Los verdes que adornan a lo largo de las alturas ese pasaje a la cumbre lleno de exploradores del mundo. Los pumas con su mirada penetrante andan por los bosques de la ciudad esperando a ser visitados por aquellos intrusos de su hábitat. En su sierra pude apreciar el mestizaje entre la fauna y la flora. Aprecié la reacción de un animal frente al aire puro de montaña, ese aire que solo se puede sentir en las alturas más puras, más lejos de aquella agobiante contaminación.
miércoles, 27 de agosto de 2008
Capítulo 7
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Decidí inaugurar el blog con un capítulo de rayuela, Julio Cortázar que me gusta mucho, espero que les guste y les llegue como a mí
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Decidí inaugurar el blog con un capítulo de rayuela, Julio Cortázar que me gusta mucho, espero que les guste y les llegue como a mí
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