sábado, 19 de febrero de 2011

catarata de tormenta


Como una catarata de sentimientos, se deslizaba por el liso y suave terreno. Encrucijadas de emociones se tomaba como el más profundo dolor desde el fondo del corazón. Se dice que tenía el alma rota, pero no se puede comprobar. Fueron explosiones, cada bomba era un nudo. La bronca. La desolación. No la dejaban manejar la situación. Se encontraba en el medio de las cataratas dudando si tirarse o no por el precipicio. Cada vez peor cuando más se aguantaba, más tapada se encontraba, definitivamente quedarse en el lugar no era su solución, no podía lograr la estabilidad, la ayuda que le llegaba, pasaba como agua de río en plena tormenta.
Ahí arrancó, empezó a caminar, se subió a un vagón de un tren que andaba por ahí, miró por la ventana, pensó, pensó, en qué? Nadie lo sabe, lo sueños que tenía eran tan reales que a veces elegía creerlos y perderse en ellos. Un espejo observa para mirarse y entender su situación, ver más allá del presente, avanzar más allá, que estancarse en el pasado. Los fracasos eran contados con las manos, hablando en grandes dimensiones decidió sentarse a espera, quizá se calme la tormenta que aunque ella no lo sabía era quién la provocaba. A veces hacen bien unas gotas de agua, te hidratan, te regeneran, te dan vitalidad y fuerzas para empezar, o seguir con lo que planeas.
Empapó la ciudad, las gotas terminaron formando océanos. La imperfección no era su mayor característica, le llegaban cartas mágicas, pero le problema era que no las sabía utilizar. Como dijo un canta autor gallego “si se callase el ruido quizá podríamos hablar, y soplar sobre las heridas…” A ella le faltaba eso mismo, la voz, ser escuchada. Para eso necesitaba alejarse, eso creo. Gritar sus deseos sin miedo al rechazo, menos de gente que si la critican es porque no son de bien venir. Nadie acepta nada sin intenciones de nada.
Dicen que todo final tiene un comienzo mucho mejor, quizá esta es su oportunidad para despedir aquellas situaciones que vivió, para empezar con nuevos proyectos escupir las ideas o quizá irse, esto último muchos no lo avalan. Pero yo soy de las que piensan que los viajes, las mudanzas traen paz, además la distancia acelera los olvidos.
MS